Los premios TATO renovados
Las artistas plásticas Gabriela Kerszenblat y Victoria Macchi tuvieron a su cargo el rediseño de los Premios TATO

Las artistas plásticas Gabriela Kerszenblat y Victoria Macchi tuvieron a su cargo el rediseño de los Premios TATO

Un trofeo busca materializar de algún modo el prestigio que representa, y el peso suele ser uno de los atributos más característicos a la hora de denotar excelencia. Es por ello que uno de los objetivos de CAPIT para esta quinta edición fue optimizar la representación de las cualidades de los Premios TATO a través de la estatuilla que recibe cada el ganador en cada una de las 45 categorías votadas por el jurado. Sin duda el objetivo representaba un gran desafío ya que el premio debía cambiar pero manteniendo intacta su identidad.

 

Con esa premisa trabajaron durante varios meses las artistas plásticas Gabriela Kerszenblat y Victoria Macchi. El proceso de trabajo fue arduo pero muy motivador. La primer decisión que tomaron fue que el TATO deje de ser de aluminio fundido a tierra para pasar a ser de bronce. Esto significó que el galardón pase de pesar 700 gramos a pesar 2 kilos 700 gramos. La diferencia es notable y sin duda modificó la experiencia de quien tuvo el privilegio de recibirlo.

 

Claro que el premio mayor para la categoría “Programa del año” merecía un distintivo especial. Y sin duda lo tuvo ya que la estatuilla dorada está bañada en oro y, por ser un poco más alta que las demás, su peso alcanza los 3 kilos .

 

El otro desafío para estas artistas fue optimizar la integración de la medalla que distingue a los TATO con el pedestal en el que está inserta. Lograr un diseño armónico y 360, es decir que luzca perfectamente desde cualquier ángulo, fue un trabajo arduo que requirió muchas idas y vueltas de bocetos. Sin embargo ambas diseñadoras coinciden en que disfrutaron cada paso del proceso. A pesar de tener experiencia en este terreno (diseñaron el premios APSA, el premio Casa FOA, el premio del Banco de Alimentos, entre otros), para ellas el TATO fue muy especial “no sólo por su prestigio y por lo que representa – señala Kerszenblat – sino también por la repercusión y el carácter público de la ceremonia”. La quinta edición de los premios TATO fue transmitida en vivo y en directo por Telefe y tuvo una amplia cobertura en todos los medios nacionales.